Ser ecologista sin tirarse al monte (o sí)

Cuando uno habla de ecologismo o ecologistas, el imaginario colectivo más habitual dibuja a unos hippies viviendo en el monte con fuego y velas o, tal vez (y por aquello de las modas coyunturales), a un grupo de hipsters cools que se definen ecofriendly porque usan bicicletas vintage y compran verduras orgánicas. Con este panorama, el individuo común que no quiere tirarse al monte y que desea seguir siendo un urbanita sin convertirse en un moderno de manual piensa que no, que no puede ser ecologista, que entonces eso de la sostenibilidad es para otros.

Uno puede ser lo que quiera. Sobre todo, aquello en lo que cree. Estar convencido es la clave, sin tener que engrosar ningún arquetipo.

movilidad sostenible

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Confiesa, tú también lo eres

Y si eres un urbanita convencido que disfruta, vive y ama su ciudad pero te preocupa la finitud de los recursos naturales, las aberraciones que se cometen a diario contra el medio ambiente con legislaciones vergonzosas e impunes, la necesidad de apostar por las energías renovables, el deber como ciudadanos de reducir drásticamente los residuos, reutilizar los envases en vez de tirarlos, reciclar todo lo reciclable, los desmanes que se producen en la industria agroalimentaria, la obsolescencia programada, lo que le pasa a tus vecinos en el barrio, la urgencia de espacios verdes para compensar el exceso de asfalto o cuál es el nivel de salubridad de la ciudad que habitas, entonces sí eres un ecologista. Porque un ecologista no es solo el activista que se arriesga en una gesta que será portada en los medios por denunciar una de las numerosas barbaridades que se suceden en el Planeta. Así que, aunque no parezca y aunque la mayoría no lo reconozcan (porque no han hecho esta reflexión), somos muchos los ecologistas. Y los somos poco a poco, conscientes de que tenemos muchas actitudes que corregir, algo más para incorporar al día a día, aprendiendo todo el tiempo, equivocándonos o dudando en qué contenedor va este recipiente (no siempre está tan claro y todos alguna vez dudamos) y sabiendo siempre que la ducha podía haber sido más breve.

Experimentar para contar

Nosotros, que tenemos este proyecto de divulgación de vida sostenible, que leemos, estudiamos textos especializados, que vemos documentales y entrevistamos a especialistas en la materia, seguimos aprendiendo. Como urbanitas con muchos vicios adquiridos (las estructuras mentales se expresan en todos los comportamientos), seguimos corrigiendo conductas, descubriéndonos falibles y riéndonos de los muchos errores que cometemos (lo de la risa es imprescindible).

paso a paso

paso a paso

En los próximos días, en próximos posts, vamos a compartir nuestra experiencia más reciente viviendo realmente con energías renovables en un entorno de naturaleza que nos ha exigido cambios profundos y aprender a poner en práctica conocimientos leídos pero hasta entonces solo almacenados.  O sea, que hemos tenido que predicar con el ejemplo. Algunas cosas nos han costado más o hemos tenido que ponernos las pilas pero nada, absolutamente nada de lo que hemos experimentado en este último tiempo, podemos considerarlo una hazaña o una renuncia sacrificada. Simplemente hemos aprendido y hemos incorporado, hemos corregido vicios demasiado instalados viviendo una vida absolutamente normal y muy cómoda.

En definitiva, y siendo justos con el proyecto que nos traemos entre manos, estamos haciendo aquello que dijo Vincent Van Gogh: “Primero tienes que experimentar lo que quieres expresar”. En eso estamos.

Por eso vamos a ir compartiendo aquí nuestra experiencia más reciente, nuestras anécdotas, nuestra torpeza, nuestros errores, nuestro aprendizaje y la profunda satisfacción de vivir con energías renovables, controlando el consumo del agua, reciclando y viviendo, en definitiva, de manera sostenible sin dramáticas renuncias. Os esperamos para descubrir que todos somos (o podemos ser, si queremos,) ecologistas.

2 responses to “Ser ecologista sin tirarse al monte (o sí)

  1. Fantástico. Me habéis matado con la idea de que “casi todos tenemos un ecologista oculto”. Es cierto. Aunque a veces esté más oculto y a veces más visible (esto se llama “libre interpretación”). Y entre muchos vamos tejiendo esta red para ayudarnos entre todos a que salga a flote y nuestros actos sean cada vez más acordes a lo que deseamos para el planeta. Nos seguimos acompañando por el camino, cada vez más verde, sin que por eso tenga que dejar de ser urbano -y cosmopolita 😉
    Un abrazo.

    • Muchas gracias por la lectura y el comentario. La idea es seguir tejiendo la red para que sea más grande. Lo mejor es que cada vez somos más en el camino verde y cosmopolita. Abrazo

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