Social Car, la plataforma para el alquiler de vehículos entre particulares

La economía colaborativa crece. Y mucho. Cada vez más ciudadanos que deciden compartir sus bienes en pro de un modelo de vida más social, más equitativo, más saludable y más sostenible. La propiedad ya no es una aspiración. Y no lo es, no sólo por cuestiones económicas sino por el convencimiento de que no es necesaria la posesión para disfrutar un servicio, ya sea por placer o por necesidad. Día a día conocemos nuevas propuestas inspiradas en esta corriente. Se multiplican porque la gente que comparte se siente bien. Y se contagia. Se comparten viajes, casas, comidas, productos de diversa índole, espacios de trabajo o el coche.

Entre todas las existentes, en España funciona, desde el año 2012, la plataforma Social Car, que facilita el alquiler de coches entre particulares. En EconómadE hemos entrevistado a la responsable de comunicación, Alexandra Ramió, para conocer de cerca la esencia del proyecto, el funcionamiento y el impacto social que tiene. Y, lo mires por donde lo mires, el balance es extraordinario.

¿Qué es Social Car y qué servicio ofrece?

Social Car es una plataforma online que permite el alquiler de vehículos entre particulares, es decir, individuos que tienen un vehículo que no utilizan habitualmente pueden ofrecerlo en alquiler, a través de la plataforma, a otras personas registradas en ella como usuarios. Hablamos de todo tipo de vehículos: turismos compactos, monovolúmenes de 7 a 9 plazas, furgonetas, deportivos… cualquier vehículo,  en península y en las islas.

La sede de Social Car la tenemos en Barcelona pero, a través de la plataforma online, se puede ejecutar cualquier acción: el registro, la reserva, descargar las facturas… todo es online. El servicio de atención al usuario y la gestión se realizan desde la oficina de Barcelona pero operamos a través de mail, chats, teléfono, redes sociales… atendiendo a todos los usuarios allí donde estén.

¿En qué momento nació Social Car y cómo? ¿Hubo alguna otra plataforma que sirviese de inspiración?

Francesc Queralt y Mar Alarcón, los fundadores de Social Car, han viajado y vivido en muchos países. Cuando llegaron a España y se instalaron se compraron el piso, un coche… Y un día se dieron cuenta que el coche no lo utilizaban, que estaba parado en el garaje casi a diario. Y como son dos personas muy emprendedoras, que ya habían puesto en marcha varias iniciativas (todas de perfil social), se plantearon qué podían hacer. Pensaron que seguro que había alguna idea al respecto. Y descubrieron que existía el alquiler de vehículos entre particulares en una iniciativa de Australia, que también se estaba llevando a cabo ese servicio en Inglaterra, aunque  no se había implementado en el resto del mundo. Y en 2010 empezamos a investigar a fondo, en 2011 nacimos como empresa y en julio de 2011 ya ofrecíamos el servicio en España.

En los dos años que lleváis operando, ¿de cuántos usuarios estamos hablando?

Contamos con 30.000 usuarios. La proporción es de unos 25.000 conductores y 5.000 propietarios en toda España.

Esta es una iniciativa pionera en España así que no teníamos ningún referente. Blablacar o Amovens son plataformas para compartir viaje pero no tiene nada que ver con Social Car. En esos casos, compartes el trayecto pero no dejas tu coche a otra persona. Al no existir este modelo de servicio, no existía tampoco ningún producto de seguro que cubriera esta situación. Entonces, nos pusimos manos a la obra. Sin este seguro no lanzaríamos este servicio. Así que fuimos puerta a puerta, visitando las compañías aseguradoras. Las compañías son grandes empresas con productos muy definidos y muy concretos, pero como veníamos con un respaldo que es Social Energy, eso nos facilitó que confiaran en nosotros y diseñaran un producto exclusivo para poder ofrecer nuestro servicio, que consiste en un seguro que contrata un propietario y le permite su uso particular y el uso de alquiler del vehículo. Además, lo interesante es que este modelo de seguro cubre los países europeos y los costeros Mediterráneos, con todos los servicios.

Entonces, el usuario debe contratar ese modelo de seguro

Exacto. Eso también es una parte importante de nuestra existencia, en cuanto a la garantía y la seguridad. Nosotros nos aseguramos que los registros son adecuados, que las personas completen sus registros, que se efectúe el pago adecuadamente, que haya una garantía en cuanto a fianza y, muy importante, la contratación del seguro ya que estamos hablando de temas de seguridad, garantías y legales.

¿Un turista puede inscribirse en la plataforma y hacer uso de este servicio?

Claro. Nosotros damos relevancia a la proximidad de los vehículos. Eso te permite alquilar un vehículo en cualquier barrio, en cualquier calle, incluso en tu mismo edificio. Pero conforme hemos ido evolucionando hemos descubierto que hay muchas personas que solicitan este servicio como turistas. Por varias razones: por la razón social, por la razón económica (porque sale más rentable), por la razón sostenible y porque en sus países lo utilizan y creen en el servicio. El procedimiento es igual que para el resto, tienen que registrarse en la plataforma. La diferencia es que tienen que enviarnos la documentación escaneada, porque así lo exige la Dirección General de Tráfico. También se da el caso de que hay gente en España procedente de otros países (por un tiempo determinado o indefinido) que, cada vez más, solicitan este servicio. Se instalan aquí pero deciden no comprar un vehículo y utilizan este sistema como su forma de movilidad.

¿En qué se diferencia Social Car de una empresa convencional de vehículos de alquiler?

Lo primero, es el intercambio entre particulares. Además, en Social Car cuando visitas el perfil de un vehículo, el precio que se marca es lo que va a costarte. Cuando indicas el presupuesto de tu vehículo en Social Car, éste incluye  el precio más el IVA, y no se añaden extras en ningún momento. Cobramos lo que se dice en el perfil. En ese precio se incluye el seguro, la asistencia en carretera, los kilómetros que haya indicado el propietario (puesto que puede establecer un máximo de kilómetros), los extras que ofrezca el propietario como silla de niños, GPS, cadenas de nieve, remolque… Es un  producto cerrado. No hay letras pequeñas.

¿Y podríamos decir que Social Car es un producto más de la creciente economía colaborativa?

Absolutamente. Por supuesto que formamos parte del consumo colaborativo. De hecho fuimos de las primeras entrevistas de la historia del blog de Consumo Colaborativo, de Albert Cañigueral, uno de los impulsores más importantes que hay ahora mismo en España. Fuimos de la mano. Creemos  que Social Car aporta un beneficio social porque se participa de la economía doméstica, aportando un extra a las casas. Además hay una interacción personal que, en ocasiones, incluso implica nuevas amistades, conocer a tus vecinos, y sobre todo, permitir el acceso al uso de bienes que no se están utilizando. Y, a nivel sostenible, creemos que de esta forma se da un uso más racional y óptimo al medio de transporte privado ya que cuando el propietario se había acostumbrado a coger el coche para ir a comprar el pan, ahora racionaliza y piensa, si lo puedo alquilar mejor. Creemos, además, que con este modelo se minimiza la flota de vehículos que están en desuso, que están ocupando un espacio público y que se pueden ofrecer para otros usos de bien público.

Al ser tan ventajoso socialmente ¿Contáis con apoyo institucional?

Nos hemos presentado a varias candidaturas como proyecto innovador, sostenible, movilidad. Participamos también del Plan Avanza. Además, hemos tenido un reconocimiento especial en el Smart City Congress. Y seguimos trabajando para que las instituciones apoyen más, especialmente a la difusión. Nosotros no solicitamos ni ayuda económica ni subvenciones. Somos una entidad privada y nuestro capital es privado pero sí pedimos difusión ya que las instituciones públicas aportan confianza al ciudadano y ayudan a darlo a conocer a la sociedad. Es cierto que tenemos bastantes menciones en los medios, lo que nos ayuda a llegar a la gente, pero todavía hay mucha gente que no nos conoce. Y queremos llegar a muchos más.

¿Y cómo funciona? Es sencillo

Estas plataformas colaborativas crecen rápido pero no hay muchos que las desconocen. Teniendo en cuenta eso, ¿hay un perfil tipo del usuario de Social Car?

Pues es muy heterogéneo. Tenemos usuarios desde 19 años hasta personas mayores, de 70 años. Llegamos a un sector muy amplio. Si concretamos un poco, podríamos hablar de una media de 35 años, hombre y mujer indiferente, y un nivel socioeconómico medio alto. Pero tenemos todo tipo de personas y de medio rural y urbano, si bien es más numeroso en las ciudades.

¿Hay un ranking de ciudades donde más se utiliza?

Tiene que ver con la densidad de población. Barcelona, Madrid, Valencia están a la cabeza pero Sevilla, Bilbao o Alicante están creciendo mucho. En Baleares funciona mucho, especialmente en verano.

La economía colaborativa crece, ¿se nota esto en el crecimiento de usuarios de Social Car?

No podemos hablar de parámetros fijos porque cada día descubrimos cosas nuevas, lo que significa que evoluciona y que queda mucho por venir. Sí que podemos decir que el año 2013 fue buenísimo para nosotros, tuvimos un crecimiento increíble y este año estamos teniendo un crecimiento proporcional mayor que el año pasado. Lo notamos en estos primeros meses.

También hay que decir que habíamos pensado que el uso de los vehículos sería para escapadas y, sin embargo estamos viendo que muchos conductores usan el vehículo para más tiempo del que tenemos previsto (la media suele ser dos días y medio). Hay muchos conductores que alquilan por semanas, por todo el mes o incluso autónomos o comerciantes que lo utilizan para su actividad comercial, por ejemplo, tienen un vehículo pero necesitan una furgoneta para algo concreto, entonces la alquilan en Social Car.

A pesar de que lo convencional sigue siendo propiedad privada (mi coche, mi casa, mis cosas), es casi una ley que el que prueba una plataforma colaborativa repite ¿Esto es aplicable a Social Car?

Sí. Suele ser natural tener un poco de inseguridad al principio. ¿Saldrá bien? Pero en cuanto se prueba, crea incluso adicción porque es ventajoso en todos los sentidos: económico, social y sostenible. Nosotros vemos que quien prueba, repite, y se generan redes de contacto. Cuando los usuarios se registran indican cómo nos han conocido y el porcentaje de que nos han conocido por recomendación de amigos y familiares es casi un tercio del total. La recomendación es la más confiable y es un sistema de viralización muy positivo.

Social Car está presente en todo el territorio español y demuestra, una vez más, como los ciudadanos buscamos modelos más sociales, más sostenibles y más racionales. Compartir sienta bien y el bienestar también se comparte.

Este vídeo Weleló dedica este RAP a su coche blanco pasión, que alquila en Social Car por el día y por la noche. Esta es una historia real de un usuario de SocialCar que un día decidió ofrecer su coche en alquiler con el fin de ganar un dinero extra. Le gustó tanto la idea y fue tan buena su experiencia que quiere a través de este RAP recomendar este servicio a otras personas que tengan un coche ocioso.